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lunes, 14 de octubre de 2013

CAPITULO 6




El cosquilleo de los bigotes de Sócrates en la cara me despertó , estaba tirada en el suelo con un horrible dolor de cabeza y un considerable chichón en la frente . Me levanté rápidamente y miré aterrorizada al gato , ¿Ha sido una pesadilla?¿ Alucinaciones del cansancio? No tenía nada claro , pero fue tan real... lo único certero era un bollo oscuro con un centro morado que parecía decirme hola desde la faz más despejada de mi cara .
- Ains ( suspiré) ¿ Cómo tapo yo esto ahora ? y hoy supuestamente Leo me tiene que llamar , ¿ Cómo explico esto en la oficina? Pensarán que me he metido con un tío enorme o que soy una torpe de campeonato , tendré pitorreo para días. -.
 Sócrates  rozó  su lomo entre mis piernas y emitió un dulce ronroneo para intentar consolarme , le miré con pesar y recelo pues me sentía muy desconfiada por lo sucedido , pero en el fondo sabía que quería animarme. Nos fuimos a la cocina y preparé el desayuno para los dos , ya que Nietzsche se encontraba en su ataque de histeria matutino , es decir , correr durante unos diez o quince minutos entre en salón y mi habitación sorteando y trepando por todos los muebles con su cola hinchada y emitiendo un sonido que todavía trato de definir.
 Mientras el alterado animal se encargaba de desordenar la casa y gastar energía ( ya que era mejor no interrumpirle) yo intentaba sonsacarle , inútilmente , algo de información a Sócrates , - Vamos grandullón , tu y yo siempre estamos juntos , cuidamos el uno del otro , háblame , por favor , demuestrame que no estoy loca...-
El gato me miró fijamente con sus enormes ojos verdes , y durante unos segundos  pensé que iba a decir algo , mi corazón se estaba acelerando , abrió lentamente la boca , yo pensaba que me iba a morir de la tensión   y justo aperició Nitzch con sus aires de desdén cruzó una mirada con el gordo y éste se limitó a acercarse , ronronear y buscar mi mano para que le acariciase, me pareció un poco extraño , pero era habitual en el canijo demostrar su superioridad .
El día estaba nublado y yo no paraba de darle vueltas a la cabeza , me fui al estudio y miré dentro de la caja donde venía el libro para ver si venía alguna tarjeta  o algo que detallara qué clase de pendientes eran esos , pero nada , la caja estaba vacía , a excepción de la postal irónica del "gabinete de Dios " el cual no había dejado ni un mísero número o dirección , para esta clase de problemas.
Indignada me senté en el escritorio , mirando hacía la calle , como hacía normalmente cuando estaba bloqueada o necesitaba despejarme . Sócrates ,cómo de costumbre se subió a la mesa  tambíén le gustaba  mirar por la ventana y hacerme compañía en mis pensamientos ; de vez en cuando , sin que se diera cuenta, oteaba a ese felino que se había convertido en un extraño de la noche a la mañana , sentía que algo había cambiado dentro de él.
Los dos contemplamos la lluvia en silencio y yo recordaba el tiempo transcurrido juntos . El gordo apareció en mi vida de sopetón , mi perra acababa de morir , y tenía una gran tristeza porque no pude despedirme de ella ya que vivía con mis padres y para mí era una más de la familia ; yo siempre quise tener un gato y al chico con el que estaba saliendo, en ese momento, se le ocurrió la maravillosa idea de coger uno ( ¿ Por qué a todos los hombres les da por regalar mascotas? ) yo me encontraba reacia ya que no me sentía preparada y yo vivía sola por lo que era una responsabilidad . Lo cogimos de un refugio de animales , en el momento que  cruzamos las miradas los dos supimos que teníamos que estar juntos , desde el principio sólo quería estar conmigo .Con el tiempo  dejamos la relación y como era de esperar el gato me lo quedé yo. A medida que crecía se hacía más dependiente de mí , ya que por desgracia en esa época de juventud , yo me encontraba desatada y sólo quería fiestas y libertad por lo que le tuve muy abandonado. Meses después y pasado el verano decidí equilibrarme volver a  tener una vida tranquila. En ese periodo de "reciclaje " me planteé la clase de vida que quería y la persona que quería llegar a ser , fueron tiempos duros de dudas en los que Sócrates me escuchaba atentamente y siempre me apoyaba con sus mimos y compañía. Ya habían pasado siete años de todo aquello y un vínculo muy fuerte se había creado entre nosotros, con un simple vistazo sabíamos como se encontraba el otro y lo que quería. La gente suele decir , que no es normal una actitud tan cercana y "dependiente" en un gato , que era algo especial. Hubo un periodo que me llegué a plantear  que el espíritu de mi perra se había reencarnado en el felino ; es curioso como creamos esperanzas   para retener a ese ser querido cerca de nosotros , pensando que sigue ahí por no aceptar su muerte y que ya nunca volverá , pero creo que todo niño alberga con cariño el recuerdo de su primera mascota pensando que siempre se quedará con el. Es algo difícil de entender cuando nunca has disfrutado de la compañia de un animal.
El minino se giró  , sabía que le estaba observando , nuestras miradas se cruzaron durante unos segundos , los dos sabíamos que pasaba algo pero ninguno de los dos era capaz de explicarlo. Cogí el portátil con la vana certeza de que encontraría algo en " google" ese gigante cibernético donde suele hallar todo tipo de respuestas . El buscador estaba lleno de información  sobre los gatos : historias , leyendas , curiosidades pero nada concreto sobre  felinos que hablan ; bueno ,sí encontré algo , los típicos foros de amantes de los animales donde contaban experiencias parecidas . Llegué a varias conclusiones :  los gatos desde la antigüedad eran conocidos y respetados por sus "poderes místicos" su extraña conexión con los desconocido , grandes culturas le veneraban y los consideran guías de conocimiento por lo que siempre han estado muy vinculados con los seres humano y la conclusión  que más me preocupaba a mi... ¿ Me estaba volviendo una " friki" de los animales ?¿ Pasaba demasiado tiempo sola? ¿ Me convertiría en una vieja huraña con su casa llena de gatos?. Esa idea me puso los bellos de punta , me espantaba sólo de pensarlo.
El estómago me empezó a rugir , era casi la hora de comer , me había pasado toda la mañana frente al ordenador y me dolía la espalda. Seguía lloviendo con fuerza , dudaba  que hoy quedara con Leo , así que aproveché para estar conmigo misma y sacar la ropa de otoño , era un verdadero coñazo pero por lo menos me mantendría la mente ocupada . La tarde transcurrió tranquila , terminé bastante tarde de ordenarlo todo pero no me importaba, quería cansarme para acostarme temprano y dormir profundamente.

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