- Aún no me puedo creer que te hayas ido.- Apoyo la frente en el frío cristal que nos separa y sigo hablando contigo como si todavía estuvieras aquí.
- Clara es hora de irse.- Tu hija , mi madre, interrumpe esta retórica conversación que tenemos y me saca de mi letargo. - Toma cariño , la abuela quería que tuvieras esto.-
Desprendida y ausente cojo el paquete mientras nos dirigimos a la puerta .No mediamos palabra las dos sabemos que esto es el final.
Han pasado ya dos días y el paquete sigue ahí , tal vez tenga la vaga esperanza de que
aparezcas…
Resignada ante la cruel realidad comienzo lentamente a romper el envoltorio , no quiero que nada se estropee esta cuidadosamente empapelado , al verlo , no salgo de mi asombro es tu bolso de COCO CHANEL; me encantaba ver como lo lucías tan elegante y sutil , siempre decías que era tu mejor complemento . Esta intacto , su piel esta como nueva , su negro es intenso y el acolchado no tiene ningún rasguño , la cadena dorada y su broche brillan como el primer día. Cierro los ojos y respiro , todavía huele a tí . Lo noto pesado , descubro que tiene algo dentro.
-¿ Un libro?- Mi mente tarda unos segundos en reaccionar pero mi corazón lo reconoce enseguida , mi pulso se acelera rápidamente y mis manos empiezan a temblar.
- Es el Libro… - Susurro estupefacta. No me lo podía creer , cuantas veces lo ví en tu mesilla de noche , cuantas veces te veía leyéndolo con una sonrisa en los labios; tu fiel compañero de batalla , guardián de todos tus secretos. Cuando te preguntaba por qué sonreías siempre me hablabas del verano del 54 , donde conociste un apuesto joven parisino.
Dudo por un momento , un miedo infantil se apodera de mí, miro alrededor creo que alguien me va a reprender pero no ocurre nada . Observo el tomo con delicadeza , su cubierta esta rugosa y desgastada , el título ilegible y las hojas amarillentas delatan el paso del tiempo. Al manipularlo unas páginas caen al suelo , pienso que están sueltas pero al cogerlas reconozco tu letra.
-¡Son cartas! - exclamo , estoy tan excitada que no puedo controlarme pero al instante una punzada me atraviesa el corazón y suspiro. - Es tarde pero no importa , necesito saber más de tí , anhelo tenerte cerca .-
Comienzo a leer , no había ni un sólo día que no le escribieras , le hablabas de amor , de sueños y anhelos ... las devoro una tras otra hasta llegar al final , la última era una carta de despedida , una despedida que nosotras no tuvimos el lujo de disfrutar. Sesenta años plasmados en papel , sesenta años de silencios … Y lo único que te quedaba de él era este libro y el bolso que te regaló antes de ir a la guerra.
Cansada y satisfecha guardo tus cartas en un cajón , son más de las tres de la madrugada y el sueño me acaba venciendo.
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