La luna , cómplice de nuestros encuentros, observa con tristeza los monólogos de dos locos enamorados. El alba acuna con dulzura el sueño de un amante solitario. La distancia , envuelve de olvido el sentimiento que un día tuvimos. La razón , idealiza el pensamiento y vive el momento. El corazón, abatido, mantiene la ilusión de un nuevo encuentro. La soledad me abraza y el silencio me habla de ti. El tiempo no se detiene, tu fantasma  no quiere dejarme. Y yo ,   sigo echándote de menos.
La distancia madura el amor , razona el sentimiento y hace ver con el tiempo que el cariño es lo único que mantiene vivo el corazón.