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martes, 15 de mayo de 2018

Fotos que inspiran reflexiones




¿ Cuántas veces nos hemos parado a ver lo que realmente tenemos?
¿ Cuántas veces nos hemos preguntado quienes somos?
¿ Cuántas veces nos hemos sentido solos?
¿ Cuántas veces nos hemos perdido en el camino y cuántas otras nos hemos apartado de él?
¿ Cuántas veces nos habremos enamorado y cuantas otras nos han roto el corazón?
El tiempo pasa rápido en una sociedad dónde no tenemos margen para pensar y mucho menos para conocer al que tenemos al lado. Hemos pasado de tardes en el barrio jugando como niños, abuelas  sentadas en el portal con sus sillas, abuelos jugando a las cartas y madres gritandonos para subir a cenar...A seres inertes pegados a la televisión, niños que juegan a ser mayores y personas que viven a través de un móvil donde su mirada no levanta un palmo del suelo.
Donde quedaron nuestras meriendas de pan con chocolate, las notitas escondidas bajo la mesa, la inocencia del primer beso y la diversión de las noches de verano en vela con los amigos.
Ya no recuerdo cuando fue la última vez que reí a carcajadas hasta tal punto de casi hacerme pis, he olvidado lo que quería ser de mayor y se han esfumado mis castillos en el aire.
Dejé de creer en los finales felices y en los que el bueno siempre gana y el malo sale huyendo.
Dejé de buscar al príncipe azul y al hada de los deseos y empecé a encontrar sapos desteñidos y brujas no tan malas.
Dejé de husmear en las casas abandonadas con historias de fantamas inventadas para  retar al miedo y descubrir hogares vacíos con cuentos tan terroríficos y tan superficiales que ni en mis peores pesadillas haya podido imaginar.
Comprendí que un sobresaliente  o ser el más listo de la clase, estudiar para ser a ser algo o esforzarte para alcanzar la meta que te inculcan de pequeño no es el final y tampoco un mandamiento sagrado que se vaya a cumplir, porque a veces, no trabajas donde quieres, descubres que tú carrera no es tu vocación y que tú esfuerzo no esta compensado con el reconocimiento.
Qué cuando te haces mayor los amigos " para siempre", las "mejores amigas" , el " siempre estaremos juntos" (de tu primer amor y los que vendrán) y " el nunca me olvides porque yo nunca te olvidaré" son meras frases de personas transeúntes en tu vida que cumplen una lección y cuando las has aprendido se van y no hay vuelta atrás. Que todo el mundo se va, antes o después y que está en tí disfrutar ese momento.
Echo de menos cerrarme en mi habitación o irme sola al parque y que mi única preocupación sea si le gusto a ese chico o voy a aprobar todas las asignaturas para tener un gran verano .Porque eso de estudiar, casarte, tener una casa bonita y una familia feliz no es tan sencillo como nos cuentan porque no todo acaba en " fueron felices y comieron perdices".
He dejado de soñar despierta para dormir con un ojo abierto.
He abandonado las interminables listas de "cosas que haré de mayor" para dejar pendientes las aventuras después de las responsabilidades.
He dejado de imaginar como sería a tal edad para preocuparme quién soy de verdad.
Intento recordar las minucias que me hacían feliz que al crecer son tan difíciles de encontrar.
Me esfuerzo fervientemente en hayar a mi niña interior, a ver con los ojos de la inocencia, a retormar las notitas por sorpresa, los besos robados y la realidad detrás de los cuentos...

Porque no todo pasado fue mejor pero si es verdad , que la esencia con la que nacemos es la llama que nos acompaña toda la vida y que si marchitamos ese fuego seremos uno más de rebaño.
 Hasta que un día retrocedamos con la mirada gris, el pelo cano, la fragilidad de la vida y la tristeza del corazón y nos demos cuenta que sólo los recuerdos, las experiencias vividas y el amor sentido es lo único qie nos llevaremos a la tumba.

La vida es una obra teatral que no importa cuánto haya durado, sino lo bien que haya sido representada.   SÉNECA