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martes, 27 de enero de 2015

VERANO DEL 54. 2ª PARTE

Me acurruco entre las sábanas no quiero levantarme. El ajetreo de la calle es intenso por lo que imagino que serán más de las doce , me estiro perezosa bajo el edredón y  un golpe seco me hace sacar la cabeza ; es el libro.  Contemplo el tomo con cariño ,  lo abro y en la solapa  encuentro un seudónimo .” Pierre ,  1954” .  Lo hojeo  superficialmente y me encuentro  un viejo papel arrugado y gastado a modo de marcapáginas , intento descifrar lo que pone , no es tu letra pero parece que hay algo escrito.
                       PIERRE LEROY
                  14 , RUE VIOLET     46400
                      AUTOIRE  (FRANCE)

Un fuego dentro de mí emerge , siento que me diste esto por alguna razón ¿ Pero cuál? . Él murió en la guerra o eso es lo que tú creías . Nunca volviste para comprobarlo ¿ Cierto? . No te viste capaz de superar su muerte ,  o peor aún , verle con otra mujer y  aceptar que tú  fuiste simplemente un amor de verano.  Cualquiera de las dos opciones te hubiera partido el corazón .
Inmediatamente cojo el ordenador y empiezo a buscar la dirección , me salen muchos enlaces pero ninguno concreto , lo que sí está claro es  que  Autoire es un  pequeño pueblo al sur de Francia , escondido en los Pirineos. Miro el mapa  , está a unas nueve horas de viaje en coche . No me lo pienso , cojo algo de comer , preparo lo necesario y emprendo el viaje.
Millones de preguntas rondan en mi cabeza , no se si seguirá vivo , ni siquiera si seré capaz de encontrarle y si lo hago ¿ Cómo le reconoceré?.  El trayecto es  largo, la noche cerrada y mi única compañía son un libro lleno de cartas y un bolso.
Llego al amanecer , la luz del sol me acompaña iluminando esa preciosa villa. Un viejo cartel presenta el municipio “AUTOIRE” , aparco el coche a un lado y continuo a pie. Me fascina ver que por allí no ha pasado el tiempo ;  caminos de piedra que me adentran en una aldea medieval  , casas tocas de grandes ventanales , calzadas amplias y poco transitadas acompañadas del tenue fluir del riachuelo .
Sin darme cuenta me doy de bruces con la casa.  Empiezo a temblar e inconscientemente me agarro al bolso como si estuvieras aquí conmigo , tengo miedo , quiero irme  , no se que hacer.

-Clara…- Una varonil voz con acento francés grita mi nombre.

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